¿Hasta cuando el gobierno español seguirá apoyando el terrorismo?
El ejército colombiano masacra, otra vez, a dos familias incluidos niños de 2, 6 y 11 años

Hendrik Vaneeckhaute

Marzo 2005

Otra vez nos llega un comunicado de denuncia y auxilio desde Colombia. Otra vez el ejército masacre a varias personas. En este ocasión fueron asesinadas dos familias, dos parejas y sus hijos de 2, 6 y 11 años. Los padres de las dos familias eran líderes de sus respectivas comunidades. Uno de ellos, Luis Eduardo Guerra, era miembro del Consejo Interno de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, fue el interlocutor de la comunidad con el Estado, desde hace tres años integrante y coordinador del comité de derechos humanos de la comunidad y viajó varias veces por invitación de Europa y Estados Unidos a compartir su experiencia. Fue detenido por la Brigada XI del ejército colombiano el día 21 de febrero de este año, y encontrado el día después, junto con los cuerpos totalmente despedazados de las otras 6 personas.

El terror del Estado contra la Comunidad de Paz [1] de San José de Apartadó data de muchos años atrás. La Comunidad de Paz fue creada, hace 8 años, en 1997, tras sufrir masacres y asesinatos selectivos durante la ofensiva de los llamados Autodefensas Unidas de Colombia, que actúan como grupos paramilitares en conjunto con el ejército. Desde su creación hasta hoy han sido innumerables las vejaciones y atropellos que ha sufrido la comunidad, la gran mayoría realizadas por la fuerza Pública en acción conjunta con los paramilitares. Más de 150 asesinatos y más de 380 violaciones de derechos humanos. El Ejército y los paramilitares aplicaron todo tipo de acciones para provocar el terror: asesinatos, desplazamiento, desapariciones, desalojo de tierras, torturas, amenazas, calumnias, judicializaciones, quema de cosechas y viviendas, violaciones carnales, robos, bloqueos y bombardeos. [2]

Todos los crímenes contra la comunidad han sido denunciados a nivel nacional e internacional. La Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA emitió un dictamen, instando al gobierno colombiano a tomar medidas para proteger a la Comunidad, y que incluyen el respeto a su neutralidad. Todas las denuncias quedan en la impunidad, es mas, el mismo estado, incluidos el mismo presidente Álvaro Uribe, en varias ocasiones ha señalado públicamente a la comunidad como base de la guerrilla, ha violado su neutralidad y, como en esta ocasión, ha cometido masacres.

La Comunidad cuenta con presencia internacional desde 1998, y de forma permanente desde abril 1998, a raíz de otra masacre cometida por un grupo de militares y paramilitares. Los acompañantes internacionales [3] han sido testigos directos de la actuación coordinada entre el ejército colombiano y las fuerzas paramilitares. A pesar de ello, la comunidad internacional sigue apoyando a los diferentes gobiernos colombianos, anteponiendo sus propios intereses económicos a la vida de los miles de colombianos asesinados cada año por el terror organizado por el mismo estado.

Esta masacre no es un hecho aislado tal como demuestran las cifras de las organizaciones nacionales e internacionales de Derechos Humanos. El ejército colombiano es el responsable directo de decenas de masacres, e indirecto, a través de las fuerzas para-militares, en otros centenares de matanzas cometidos con toda impunidad durante los últimos años.

¿Hasta cuando, el gobierno español, que apoya el gobierno colombiano política, económica y militarmente, seguirá apoyando el terrorismo de estado? ¿Hasta cuando tendremos que escuchar las falsas palabras del gobierno sobre su respeto a los Derechos Humanos y a la Carta de NNUU? ¿Hasta cuando, la industria militar del estado español seguirá fomentando, por decisión del gobierno español, los diferentes dictaduras y estados terroristas en el mundo?

 

[1] Las Comunidades de Paz son un mecanismo de resistencia pacífica al conflicto interno armado y al desplazamiento forzado, en torno a los principios de:

· neutralidad: por su decisión de no ofrecer ventajas estratégicas a ninguno de los actores armados mediante información, logística, etc.

· resistencia pacífica: que se infiere de su compromiso de no participar directa ni indirectamente en la guerra y de no portar armas

· organización comunitaria, por cuanto representa una estrategia de protección, un mecanismo de reconstrucción del tejido social y del proyecto de vida, mediante vínculos de solidaridad.

[2] Más información sobre la comunidad y los crímenes cometidos contra ella, se encuentran en la página: http://www.cdpsanjose.org/

[3] Brigadas Internacionales de Paz, PBI, brinda acompañamiento protectivo a petición de organizaciones que luchan por un mundo más justo.