Nacer, consumir, morir

breves pensamientos sobre la 'consciencia humana' frente a 'libertad o comunismo'.

Hendrik Vaneeckhaute

Agosto 2022

La consciencia humana sólo puede surgir en la relación con el otro, en la vivencia real del otro, en la emoción de ser tocado por la consciencia del otro. Sin otro, no hay emoción, no hay identidad, ni consciencia, sólo desconexión. Sin otro, sólo hay un cuerpo en movimiento sin sentido, dócil, dependiente, abierto a ser manipulado, entretenido. Nacer, consumir y morir.



La consciencia humana entregada al entretenimiento virtual, como la rana en la olla calentándose poco a poco, no se da cuenta de su propia destrucción. La libertad de tomar unas cañas, mientras los otros se mueren en soledad. La libertad, entendida como la desconexión del otro. La vida sin relación humana, la vida sin empatía. Nacer, consumir y morir.


Libertad o comunismo, una manipulación de palabras, hábil, que esconde una gran verdad. La libertad del individuo desconectado del otro, despojado de su empatía humana, frente al comunis, el ser humano en relación con el otro, en un espacio común, compartido.


Acaso, ¿la consciencia humana, se autoprotege contra el dolor insoportable del vacío existencial desconectándose del otro, de la vida real? El libre mercado capitalista lleva inevitablemente a la destrucción de la vida humana, destruyendo la consciencia, destruyendo la relación con el otro. Lo primero que destruyen todas las dictaduras, es el tejido social espontáneo de la sociedad viva, auto-sostenida. No es diferente con la dictadura impuesta por el modelo único, capitalista. Nacer, consumir, morir.


La consciencia humana, abocada a su autodestrucción, al apocalipsis. Tal vez, el apocalipsis no es más que la revelación, no del fin, sino del gran reseteo de un proceso fallido: nacer, consumir, morir.


Hendrik Vaneeckhaute