Que duermas bien, señor presidente

 

Boudewijn de Groot

Traducido por Hendrik Vaneeckhaute

 

Señor presidente, que duermas bien,

que tengas felices sueños, en tu bonita casa blanca.

No pienses demasiado en todos estos estados lejanos

donde están tus chicos, en soledad, lejos de casa.

No pienses en los 46 muertos,

este error, en el último bombardeo.

Y sobre todo, olvídate del cuarto de los diez mandamientos,

que, como buen cristiano, conocerás muy bien.

No pienses en todos estos soldados jóvenes,

muriendo a tu servicio, en la noche desértica.

No te molestes con toda esta pandilla de pacifistas,

señor presidente, que duermas bien.

Que sueñes con la victoria y el triunfo,

que sueñes con tu ideal de la paz,

que jamás se logró con asesinatos sangrientos,

que sueñes que esta vez, sí lo lograrás.

No pienses en toda esta gente, reventándose,

cuántas mujeres, cuántos niños han sido asesinados.

Que sueñes que saldrás con lo tuyo,

y no creas nada de toda esta resistencia.

Bayonetas con puños sangrientos,

montan la guardia bajo tus órdenes,

para la gloria y el honor del Occidente libre,

señor presidente, que duermas bien.

No te asustes demasiado, cuando, en tus sueños,

te encuentras con todas estas víctimas inocentes,

que murieron allí lejos, bajo las bombas,

y te preguntan cuánto tiempo más seguirás.

Y ya tendrías que haberte enterado,

que la gente está harta de la violencia,

que no se olvida de toda esta sangre y miseria,

y para quienes una vida humana, sí cuenta.

Que no sueñes demasiado con todas estas personas muertas,

que tengas felices sueños, con la victoria y el poder,

que no sueñes con todos estos deseos de paz,

señor presidente, que duermas bien.

 

Abril 1966