Un grito en tiempos electorales.

¿Otra vez lo mismo?

 

Hendrik Vaneeckhaute

 

Otra vez, ellos se nos presentan como los mejores, o hasta los únicos, que nos pueden arreglar la vida. Somos bombardeados con promesas que no tienen ninguna trascendencia una vez que estén en el poder gubernamental. Algun@s de nosotr@s optan simplemente por no votar, otr@s intentan hacer una elección de ‘menor daño posible’ (que al menos no gobierne la extrema derecha) y un@s cuant@s mantienen alguna ilusión que los suyos son diferentes. Pero el sistema sigue. Cuantas más personas críticas se abstienen de votar, más fácil lo tienen para hacer lo que les dé la gana, y más hablan de ser los defensores de la democracia. Bush con menos del 18% de los votos de la población estadounidense (o menos del 25% de la población en edad de votar) impera el planeta como si fuera el suyo. O más cerca, el PP reina con despotismo, basado en una mayoría absoluta, cuando obtuvo sólo el 30% de los votos del censo electoral. O nos metemos con ellos, o ellos siguen asesinando a más de 30.000 personas, cada día.

 

Manifiesto de un ciudadano del planeta Tierra

 

No quiero un(a) representante en el consejo o parlamento que se queda con mi voto y dice saber lo que es mejor para mí. Quiero que se organice la política de tal forma que l@s ciudadan@s participemos activamente en ella.

 

No quiero ningún(a) representante que defienda los intereses de mi ciudad, de mi región, ni siquiera que defienda los intereses del estado en el cual vivo. Quiero una política que defienda los intereses de todos los seres humanos en equilibrio con el Medio Ambiente.

 

No quiero ningún(a) representante que dice defender algún país o algún nacionalismo. Quiero una política que respete el poder del pueblo, que respete el derecho a la autodeterminación y que respete y promueva la cultura propia desde una visión abierta al intercambio con otras culturas.

 

No quiero una educación dirigida a la incorporación en el mercado laboral, ni basada únicamente en el desarrollo intelectual. Quiero una política que organice la educación de tal forma que las madres y los padres estemos involucrad@s. Que el objetivo de tal educación sea el desarrollo humano, entendido como la ampliación de la conciencia de l@s niñ@s y jóvenes sobre el uso y poder de su Razón, sus Sentimientos, de su Cuerpo,  de su Autoconciencia y de su Espiritualidad.

 

No quiero un estado importante en el mundo, ni poderoso, ni grande. Quiero un estado que tenga como objetivo la Paz Mundial, a alcanzar a través de la desmilitarización de las sociedades, la justicia social, el respeto a las diferentes culturas, la autodeterminación de los pueblos y las relaciones equilibradas entre los estados.

 

No quiero una economía fuerte, basada en el libre mercado capitalista y dirigida por la maximización del beneficio financiero personal. Quiero una economía al servicio de los seres humanos, cuyo objetivo sea la maximización del desarrollo humano con respeto a la Naturaleza y al Futuro. No quiero un representante que me prometa riqueza para mí y mi familia. Quiero una política de distribución de la riqueza entre los habitantes de este Planeta.

 

No quiero una cultura de grandes eventos. Quiero que se organicen eventos culturales en los cuales yo pueda participar, pueda compartir y aportar. No quiero megaconciertos, ni palacios lujosos, quiero un espacio en el barrio donde las gentes puedan encontrarse, puedan organizarse, puedan expresarse.

 

No quiero grandes centros comerciales ni comida de plástico. Quiero conocer a las personas que cultivan las verduras en equilibrio con el Medio Ambiente y la temporada. Quiero saber cómo y en qué condiciones se hizo la ropa que compro. No quiero estímulos para consumir más. Exijo el derecho a vivir sin estar sometido bajo la doctrina de la publicidad.

 

No quiero autopistas, ni un coche rápido. Quiero un transporte que me permita viajar, conocer otros lugares, pagando un precio justo por la contaminación y el uso de la energía necesaria. No quiero una ciudad con avenidas grandes, quiero vivir en una ciudad o un pueblo, construido de tal forma que desplazarse a pie, en bicicleta o con transporte público sea lo más cómodo posible. Quiero ciudades adaptadas a sus habitantes, no a los coches.

 

No quiero grandes hospitales, con los aparatos más modernos y avanzados para curar la última enfermedad conocida. Quiero que prioritariamente se invierta en una sanidad que ofrezca una solución para las enfermedades básicas que cada día causan la muerte de decenas de miles de personas en este Planeta. Quiero centros de salud accesibles para todas las personas, dónde se escucha a los pacientes  y se presta atención a todos los aspectos del Ser Humano.

 

No quiero un piso con todas las facilidades y los últimos aparatos modernos que sólo pueden estar disponibles para una pequeña parte de la población mundial. Ni quiero poseer una vivienda, ni un terreno. Quiero tener el derecho a vivir en un espacio cómodo para mí y mi familia, con espacios comunes con l@s vecin@s, compartiendo los aparatos de alta tecnología que gasten lo mínimo posible en energía y estén disponibles para tod@s habitantes de la Tierra.

 

No quiero un gobierno que me organice la vida y decida por mí cómo tengo que vivir. Quiero organizar y hacer mi propio Camino de la Vida. No quiero vivir en una sociedad basada en la competición, la represión y la fuerza física. Quiero un estado al servicio de tod@s, un estado que facilite la enseñaza de comunidad y cooperación. Que permita la búsqueda, y por lo tanto permita la diversidad de cada un@ de nosotr@s.