Agrocombustibles: deforestación,
desplazamiento forzado, explotación laboral, cambio climático
Biocombustibles: la ‘gasolina’ de
la destrucción
Hendrik Vaneeckhaute
Los mal llamados
biocombustibles son anunciados por las autoridades europeas y norteamericanas
como solución para hacer frente al cambio climático y la creciente escasez de
los hidrocarburos. Detrás de este engaño masivo –cada vez se publican más
informes que dan prueba de ello– están las grandes multinacionales del sector
automovilístico, petroquímica y agroindustria[1] que han
encontrado la forma de seguir con sus actividades lucrativas en términos
capitalistas, pero destructivas en términos del medio ambiente, incluido el ser
humano.
El engaño empieza ya con
el nombre utilizado: ‘bio’, significa vida, cuando en realidad lo que se está
provocando con los biocombustibles es la muerte masiva de biodiversidad, la
destrucción de formas de vida indígenas y campesinas, hasta cobrar de forma
directa miles de vidas humanas. Además, la palabra ‘bio’, también es un término
protegido legalmente para hablar de productos ecológicos (biológicos u
orgánicos) y tiene en el público en general una connotación positiva. Hablar de
biocombustibles por parte de las autoridades y las grandes empresas beneficiadas
es un engaño nada inocente. Aunque sería más exacto hablar de
necrocombustibles, tal como lo sugiera Frei Betto, una palabra más acertada
podría ser agrocombustibles, o incluso se podría hablar de
agroindustria-combustibles.
Los efectos nocivos de
los agrocombustibles son diversos y profundos, y en muchos casos provocan hasta
más gases de efecto invernadero que los tradicionales hidrocarburos. Las
millonarias subvenciones otorgadas por las autoridades a las grandes
multinacionales tienen un efecto perverso en el sistema ecológico de la tierra,
además de provocar más miseria en diferentes partes del mundo. El aumento
espectacular de la demanda provocado por las medidas impuestas por las
autoridades europeas y norteamericanas, está causando deforestación, erosión,
incendios forestales, aumento del modelo agroindustrial (más consumo de
hidrocarburos por la maquinaria y el transporte), aumento del uso de
pesticidas, fungicidas, herbicidas y abonos químicos, concentración de tierras,
desplazamiento forzoso, aumento de violencia contra población indígena y campesina,
represión sindical, aumento del uso de semillas genéticamente manipuladas, aumento
de trabajo precario, más hambre, aumento del consumo de agua y menos tierras
dedicadas a la producción de alimentos.
Si tomamos en cuenta que
dos de los principales causantes del cambio climático son el transporte y la
agroindustria, está claro que los agrocombustibles no son ninguna solución. Al
contrario, varios estudios demuestran que la producción del aceite de palma
incluso produce más gases de efecto invernadero que la de petróleo.
En este momento se está
promoviendo la producción de agrocombustibles de forma masiva y se prevén
ganancias espectaculares para los inversores. En el Estado Español, actualmente
hay una docena de fábricas de agrocombustibles en funcionamiento, otras tantas
en construcción y otra decena en planificación. También se aprobó una ley que
establece la obligatoriedad para el uso de las mezclas de los agrocombustibles
para el año 2009.
¿Qué son los agrocombustibles?
En el sector del
transporte se habla de ‘biodiesel’ y de ‘bioetanol’.
El llamado ‘biodiesel’ o agrodiesel se obtiene a
partir del procesamiento de aceites vegetales obtenidos de cultivos como colza, girasol, soja,
maíz o palma africana. El agrodiesel en principio se podría utilizar sin
adaptar los motores (actuales) obteniendo rendimientos muy similares con una
menor contaminación. En EEUU se comercializa el llamado ‘B20’, una mezcla del
20% de agrodiesel y el 80% de diesel normal. (El ‘B100’ significa agrodiesel
al 100% sin mezcla alguna.)
El ‘bioetanol’ o etanol es un alcohol producido a
partir del azúcar de la remolacha o de la caña o a partir del almidón de maíz,
cebada o trigo. Se mezcla con gasolina en diferentes proporciones. La ‘E5’, 5%
de etanol y 95% de gasolina, es la mezcla actualmente propuesta por
Los agrocombustibles pueden producir incluso más
gases con efecto invernadero.
Holanda, líder europeo en
el uso del llamado ‘energía verde’ ha suspendido las subvenciones al aceite de
palma. Varios estudios demostraron que la producción masiva de aceite de palma
ha catapultado Indonesia como uno de los 5 principales emisores de gases con
efecto invernadero, sobre todo por la conversión masiva de bosque tropical en
monocultivos de palma, los gigantes incendios para despejar los terrenos y el
uso intensivo de abonos químicos. (Incluso se está pidiendo que Holanda, como
uno de los principales causantes del auge en la demanda, indemnice a Indonesia
por el daño causado.)
Otras investigaciones también
ponen serías dudas en cuanto al uso de los agrocombustibles como herramienta
contra el cambio climático. La producción de etanol a partir del aceite de
girasol, por ejemplo, requiere un 118% más de energía fósil que la de un
combustible normal.
Si miramos las cifras de
los principales causantes de las emisiones de los gases con efecto invernadero
tenemos el siguiente panorama: (% de las emisiones causados.)
- El 18% se relaciona con
el cambio del uso del suelo (sobre todo la conversión de bosque en tierras de
uso agrícola). Los grandes responsables son las regiones tropicales: el 55% es producido
en el Asia tropical, el 30% en América tropical y el 20% en África tropical.
- El 14% se relaciona con
la agricultura, de ello, el 38% debido al uso de los fertilizantes.
- La industria es
responsable del 14 % (del 20% si incluimos el uso de la energía).
- El transporte también
del 14% (de ello, el 76% por el transporte por tierra, el 12% en avión).
- El 8 % se relaciona con
sector de la construcción (del 20% si incluimos el uso de la energía).
- La generación de
energía (eléctrica) causa el 24% de las emisiones.
Analizando estas cifras,
vemos que el auge en la demanda de los agrocombustibles causa sobre todo un
cambio de uso del suelo, segundo responsable de las emisiones, y además es
producida por grandes monocultivos (agroindustria) con un uso intensivo de
fertilizantes (y otros productos petroquímicos), también líderes en producción
de gases con efecto invernadero. Incluimos en el modelo también el transporte
(desde las zonas tropicales del planeta hasta las instalaciones de producción
en Europa), llegamos a la conclusión de que nada se está haciendo para combatir
el cambio climático.
Efectos ‘colaterales’ de los
agrocombustibles.
- explotación laboral
Los agrocombustibles se
producen en grandes extensiones de monocultivos, en manos de pocos
terratenientes o directamente propiedad de las multinacionales, que explotan la
mano de obra de forma brutal: mal pagada, condiciones precarias, por
temporadas, sin medidas de seguridad (contra los productos químicos), ni
seguridad social, etc. Según
- violencia
La expansión de estos
monocultivos en todos los países tropicales está afectando de manera violenta a
los pueblos nativos de estas zonas. (Un buen resumen de los efectos de los
cultivos de palma sobre las comunidades nativas a cuyos territorios los mismos
llegan, en todos los países tropicales, se puede leer en “El amargo fruto de la
palma aceitera: despojo y deforestación”, del Movimiento Mundial por los
Bosques Tropicales, disponible en su web www.wrm.org ) En Colombia los grupos paramilitares,
junto con el ejército, y en muchas ocasiones directamente pagados por las
multinacionales[2],
se encargan de ‘despejar’ las zonas de poblaciones molestas (con masacres,
amenazas, bloqueos económicos, etc.). Lo mismo ocurre en Brasil, Indonesia y
otros países.
- contaminación y
degradación del suelo
La agroindustria provoca
una degradación del suelo y erosión (que a su vez contribuye al cambio
climático). Según
La agroindustria utiliza
de forma masiva los fertilizantes, los pesticidas y los herbicidas, productos
químicos (derivados del petróleo) que causan contaminación y perjudican a la
salud. (Todo ello forma parte de otra fábula: la fumigación con insecticidas se
ha multiplicado por veinte desde 1948, pero ahora los insectos devoran el 13% de
las cosechas, mientras que entonces se perdía tan solo el 7%.)
- desgaste de energía y
agua dulce
La agroindustria también
es un gran consumidor de energía. La población humana se ha cuadruplicado en el
último siglo, pasando de 1.500 millones de habitantes a 6.300 millones,
mientras la cantidad de energía dedicada a la producción de alimentos se ha
multiplicado por 80. Ahora se gasta 80 veces más energía en alimentar a una
población cuatro veces mayor.
Uno de los efectos más
negativos del cambio climático se verá reflejado en la escasez del agua dulce
en muchas regiones del Planeta. La agroindustria consume el 70% del agua dulce
a nivel global, y su expansión provocará todavía más tensiones. Las
multinacionales en la mayoría de los estados empobrecidos tienen prioridad
sobre el uso de los recursos hídricos, como es por ejemplo el caso de Coca Cola
en la India, que está dejando a poblaciones enteras sin agua por el consumo
masivo para la producción de sus bebidas.
- Hambre y desplazamiento
de cultivos
El auge en la demanda de
aquellos cultivos convertibles en combustibles para los coches europeos y
norteamericanos, está causando un aumento en los precios de muchos alimentos
básicos. Si tomamos en cuenta que según la OIT, la mitad de los trabajadores en
el mundo, 1.400 millones de trabajadores, viven por debajo de línea de pobreza,
con menos de 2 dólares al día, el aumento de los precios de los alimentos como
los cereales y el maíz, no es ninguna buena noticia.
También se está provocando
un desplazamiento de cultivos hacia los ‘cultivos combustibles’, provocando más
hambre.
Además los cultivos como
el maíz, principal fuente alimenticia para muchos pueblos, ahora estarán
destinadas a alimentar los coches. Resulta curioso: hay 800 millones de coches
en el mundo, y hay 800 millones de personas que padecen de malnutrición
crónica. Los estados occidentales han diseñado ya muchos programas para
erradicar supuestamente el hambre del mundo, sin conseguir nada. Ahora, en unos
pocos años, conseguirán alimentar sus coches.
Palma Africana
El aceite de la palma
africana es el aceite vegetal que más energía produce por litro cuando es
quemado. El aceite palmera supone un 25% de todos los aceites vegetales
producidos en el mundo. El 10 % de los productos del supermercado lleva aceite
de palma (desde la pasta de dientes, los cosméticos hasta el chocolate).
África Central fue el
principal productor (primero Congo, después Nigeria). A partir de los años 80,
Malasia dominó el mercado.
El 87% de la
deforestación en Malasia entre 1985 y 2000 fue provocada para plantar palma
africana. En Indonesia el cultivo de palma africana ha aumentado un 118% en los
últimos 8 años. Indonesia sobrepasará este año probablemente los 17 millones de
toneladas de aceite de palma, convirtiéndose en primer productor mundial. Para
los próximos años se prevé la plantación de unos 3 millones de hectáreas más de
palma. Grandes partes de Sudeste de Asia están cubiertas por las nubes
provocadas por los incendios para despejar grandes áreas de bosque tropical.
Por todo ello, Indonesia se ha convertido en uno de los principales productores
de gases con efecto invernadero, a pesar de ser un estado relativamente poco
industrializado.[3]
La existencia de los orangutanes en las selvas de Borneo y
Sumatra, está amenazada por la tala de bosque para la plantación de la
palma africana.
El cultivo de la palma
africana requiere mucho terreno en clima tropical, poca mano de obra (en una
primera fase de preparación del terreno y de plantación sí requiere más mano de
obra) y muchas sustancias químicas – derivados del petróleo- : fungicidas,
herbicidas y plaguicidas. Tres factores explosivos que hacen de su cultivo unos
de los más violentos que existen en el Planeta.
- Mucho terreno: la palma
africana da mejores resultados en clima tropical, y por ello se deforestan
millones de hectáreas de selva (ver ejemplos de Malasia e Indonesia),
provocando incendios forestales enormes que ha su vez contribuyen al cambio
climático. Decenas de pueblos y poblaciones campesinos son despojados de sus
tierras.
- Poca mano de obra, mal
pagada y precaria, provocando miseria y desnutrición.
- Muchas sustancias
químicas, que provocan erosión, contaminación, envenenan fuentes de agua
potable, perjudican la salud de los trabajadores y causan, sobre todo los
fertilizantes, más emisiones de gases invernaderos.
Varios estudios han
demostrado que el uso de aceite palmera provoca todavía más cambio climático
que el uso de petróleo. Una de las causas es el hecho que el mejor suelo para
el cultivo de la palmera africana, es la turba. La turba es una especie de
esponja de materia vegetal en descomposición, que contiene enormes cantidades
de carbono. Al desaguar la tierra de turba, los gases son liberados a la
atmósfera. Una vez seca, suele ser quemada para despejar el terreno para la
plantación de la palma. Un estudio holandés calculó que en un año este proceso
(sólo en Indonesia para plantar palma) provocó la emisión de 2000 millones de
toneladas de carbón en la atmósfera, lo cual significa un 8% de todo lo emitido
globalmente por la quema de hidrocarburos.
Brasil,
la caña de azucar y la soja.
El gobierno de Brásil piensa multiplicar por 12 la producción de etanol
para el año 2025. Se quiere aumentar la producción actual (2006) de 17,3 mil
millones de litros hasta los 205 mil millones de litros en el 2025. Con ello, Brasil
aspira producir el 10% de toda la gasolina (en forma de etanol) necesitada en
el mundo. En el 2006, Brásil exportó 1,6 mil millones de litros de etanol a
EEUU.
A pesar de una creciente producción, el empleo en la industria azucarera de Brasil
disminuyó de 670.000 en 1992 a 450.000 en el 2003 por la creciente
concentración de las tierras y la mecanización de la cosecha.
Los beneficios de este auge en la exportación están concentrados:
El 3,5% de los propretarios poseen el 60% de los terrenos cultivables,
mientras el 40% más pobre de la población campesina sólo dispone del 1%.
La multinacional estadounidense Cargill compró la mayor fábrica de etanol
del estado de Sao Paulo, junto con 356.000 hectareas de tierra de caña de
azucar.
Adeco, una empresa en manos de George Soros, invertió 671 millones de euros
en la construcción de tres fábricas de etanol en el Sur de Brasil. Además, Soros
planifica comprar terenos por un valor de 750 millones de euros.
Los costes se reparten:
Hasta el 2020 se permiterá la quema de los restos de la cosecha. Cada
hectarea quemada así produce 4.500 kg de carbono.
Para la producción de 1 litro de etanol se necesita 30 litros de agua.
Se estima que el 75% de
las emisiones de gases con efecto invernadero de Brasil son causados por la
deforestación – la mayor parte proviene de la limpieza y la quema de la selva
tropical amazónica. A causa de eso, Brasil está entre los 5 principales
emisores de tales gases.
Según Greenpeace, desde
la llegada al gobierno del presidente Lula da Silva en enero de 2003, se han
destruido casi 70.000 km2 de selva tropical amazónica.
En 2002, entre 150.000 y
200.000 personas sufrieron casos de envenenamiento por pesticidas en las áreas
rurales, incluyendo unas 4.000 muertes.
Colombia: desplazamiento forzado,
violencia paramilitar, deforestación y represión sindical.
La Palma africana es uno
de los cultivos ‘estratégicos’ del actual gobierno de Álvaro Uribe. La
introducción masiva de la palma africana forma parte integral de la integración
y de la legalización del paramilitarismo en el estado.
En diferentes regiones
del país la palma africana es introducida de una forma violenta, en territorios
bajo control paramilitar, tierras de dónde fueron desplazados centenares de miles
de campesinos (en Colombia hay 4 millones de desplazados internos) a través de
masacres, asesinatos ‘selectivos’ y amenazas constantes. En el 2003 había
118.000 hectáreas de palma africana, tres años más tarde ya había 285.000
hectáreas, y para el 2010 se quiere llegar al millón de hectáreas.
En el Chocó, una de las
regiones con mayores concentraciones de diversidad de especies del mundo, la
devastación ya ha empezado y decenas de miles de hectáreas están siendo ‘deforestadas’,
quemadas, y plantadas con la palma africana. Miles de hectáreas han sido
sembradas en territorios colectivos, de forma ilegal como lo confirman
diferentes informes del Defensor del Pueblo, pero protegidas por el ejército. En
la zona del bajo Atrato, después de 15 desplazamientos forzados, 200 asesinatos
y desapariciones forzosas, quema de pueblos y cosechas, años de bloqueos
económicos por parte de los paramilitares y de los militares, con el asedio
permanente del ejército a la población retornada a la zona, Del Monte
(multinacional estadounidense) firmó un convenio con la empresa Multifruits CIA
de Colombia para sembrar 20.000 hectáreas de primitivo y palma africana en el
territorio colectivo.
En el Magdalena Medio,
dónde la palma africana ya fue introducida hace varios años, la represión de
los sindicatos también está en manos de los grupos paramilitares. En el 2001,
por ejemplo, fueron asesinados el vicepresidente del sindicato de Indupalma y
tres sindicalistas más de las empresas palmeras de Puerto Wilches.
Monsanto: Roundup y semillas
genéticamente manipuladas
Monsanto probablemente es
una de las multinacionales más destructoras del Planeta. Fue productora de una
variante del herbicida ‘Agente Naranja’, con concentraciones de dioxina más altas
que la producida por Dow Chemical,
utilizada de forma masiva e indiscriminada durante la guerra del Vietnam. Es
productora del veneno que se utiliza en Colombia (y otros países) para fumigar
grandes zonas de cultivo de coca, destruyendo todo tipo de cultivos y causando
miles de desplazados, además de muchos casos de envenenamientos. También es la
empresa líder en la producción de semillas genéticamente manipuladas (domina
entre el 80% y el 90% del mercado). Ha conseguido patentar varias semillas de
trigo de uso tradicional en la India. Es productora de la semilla BT COTTON, un
algodón genéticamente modificado que ha sido comercializado con la promesa de
grandes beneficios, pero que ha causado desastres financieros (tanto en la
India como en EEUU). Según Vandana Shiva, “A causa de los altos costes del
cultivo y de los bajos beneficios de su rendimiento, los campesinos hindúes se hallan
atrapados en gravosas deudas, para subvenir a las cuales se están dejando la
vida. En la última década, en la India, se han suicidado más de 40.000
agricultores (aunque sería más exacto hablar de homicidio o de genocidio). Más
del 90% de los agricultores que se han quitado la vida en el Maharashtra y en
el Andhra Pradesh durante la estación algodonera de 2005 habían plantado Bt.
Cotton.”[4] Un
informe secreto de Monsanto, revelado por el diario The Independent (Reino
Unido), demuestra que las ratas alimentadas con el maíz transgénico MON 863
tenían riñones más pequeños y variaciones en la composición de su sangre.
También es la productora
de la hormona sintética que aumenta la producción de leche de las vacas
(utilizada en EEUU), pero causante de cáncer.
Y por último, Monsanto
produce uno de los venenos más utilizados en el mundo, Roundup (utilizado para
cultivos de maíz, soja, palma africana, etc.). Este herbicida mata
indiscriminadamente a todas las plantas, incluida las vida bacteriana del
suelo, dejando intactas sólo las cosechas transgénicas tolerantes al herbicida.
Con el tiempo se producen tolerancias al herbicida, con lo cual la cantidad de
herbicida utilizada aumenta cada año. También se están publicando informes que
alertan de su toxicidad para anfibios y humanos.
Recientemente Monsanto ha
obtenido el permiso del estado colombiano para sembrar semillas de maíz
genéticamente manipuladas (MON 810) con el objetivo de cultivar maíz para producir
agrocombustibles.
Conclusiones
La locura económica
actual hace circular los productos de consumo de forma innecesaria, gozando de
todo tipo de subvenciones, -por ejemplo el Reino Unido en 1997 importó 126
millones de litros de leche y exportó 270 millones de litros de leche- o sobre
distancias enormes, trayendo judías desde Etiopía o flores desde Colombia en
aviones climatizados. La sinvergüenza y la hipocresía de los gobiernos europeos
apoyando los crímenes contra la humanidad del gobierno estadounidense, líder
mundial en violación de los Derechos Humanos y destrucción del medio ambiente,
es un ejemplo claro que a estos no les importan nada los DDHH o el medio
ambiente. Pero no hace falta ir a EEUU, las mismas multinacionales europeas con
el apoyo de los gobernantes, son las que corrompen, saquean, destruyen y
contaminan en África, Asia o América Latina todo lo que está a su alcance.
Los agrocombustibles son
la excusa perfecta para no hacer absolutamente nada al problema en el fondo: el
derroche de energía en Europa y Norteamérica, un estilo de vida completamente
insostenible y una economía basada en el crecimiento de los beneficios (a
través del consumismo y la especulación). El modelo económico actual está
basado en el principio de los beneficios concentrados y en la generalización de
los costes: contaminación global, destrucción generalizada del medio ambiente,
aumento de las enfermedades respiratorias, destrucción de estilos de vida
comunitarios, etc.
La rapidez y la
contundencia de las medidas tomadas por la Comisión Europea y los gobiernos
norteamericanos (obligación para distribuir y usar los agrocombustibles) contrastan
con la ‘dejadez’ para introducir medidas de otro tipo. Ahora no estamos
escuchando a los defensores del falso libre mercado y de la no-intervención del
estado que en otros asuntos defienden la actuación ‘libre’ de las
multinacionales. Igual de fácil sería aprobar las medidas contra los paraísos
fiscales. Igual de fácil sería la introducción de un impuesto sobre las
transacciones financieras internacionales (la Tasa Tobin). Igual de fácil
serían las medidas para obligar la distribución y el uso de alimentos ecológicos.
En los últimos 40 años no se ha logrado erradicar el hambre de los países
empobrecidos, pero ahora, en sólo 5 años, se ha conseguido que se cultiven
millones de hectáreas, no para alimentar a su población, sino para alimentar a
los coches de los ricos. Y en caso de que estos países se queden con algún
porcentaje pequeño de los beneficios financieros que sacarán las grandes
multinacionales, éste estará destinado al pago de la deuda. El negocio sigue
redondo…
Bibliografía
- François Houtart, La Palma
africana, “Un proyecto mundial, social y ecológicamente destructor”
- Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (World Rainforest
Movement, WRM) (2001): "El amargo fruto de la palma aceitera"
Montevideo. http://www.wrm.org.uy/plantaciones/material/palma.html
- Comisión Intereclesial de Justicia y Paz,
“Científicos dan una segunda mirada a los
biocombustibles”, Enero 31 de 2007
- Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, “Agronegocios de palma y
banano en el Bajo Atrato, Impactos ambientales
y socioeconómicos”.
- Tom Kuchar Ecologistas en Acción “Las insostenibilidad de los
monocultivos agro-industriales como la palma de aceite”.
- MO-magazine, www.mo.be, “Biodiesel-hype
wakkert Indonesische bosbranden aan”, 13/07/2007
- MO-magazine, www.mo.be, Brazilië wil
ethanolproductie vertwaalfvoudigen tegen 2025”, 02/04/2007.
- MO-magazine, www.mo.be, “Braziliaanse
landlozen verwachten niets goeds van biobrandstoffen”, 17/06/2007.
- Frei Betto, “Necrocombustibles”, 20/07/2007.
- Silvia Ribeiro,”La locura de los
agrocombustibles”,22/07/2007
- www.journeytoforever.org, varios
artículos sobre biocombustibles
- Gustavo Catalán Deus, “Quemar bosques para
producir biocombustible”,
02/08/2007.
www.biocombustibles.es, varios informes
- Manoel Santo, “El combustible del hambre”, 02/08/2007.
- Eli Clifton, “Carestía de alimentos por
auge de biocombustibles”,
01/08/2007.
- Informe Stern, “the
economicos of climate change”, 2006.
- Comisión
Europea, “La Comisión propone un
paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático para
reducir las emisiones en el siglo XXI”, 10 de enero de 2007.
- Comisión Europea, “Estrategia
de la UE para los biocarburantes”, 08/02/2006.
- Comisión Europea, Biofuels Research Advisory Council (BIOFRAC), “Biofuels in the European
Union, a vision for 2030 and beyond”, 2006.
- Helda Martínez,
IPS, “Colombia: biodiésel se mezcla con guerra.”
- Peter Pfaumann (SDS / RUR),
“Biocombustibles, ¿La formula mágica para las economías rurales de ALC?”,
noviembre 2006.
[1] Unos de los grandes impulsores es
[2] Como es el caso por ejemplo de Chiquita que ha sido condenado por financiar a grupos paramilitares en Colombia –considerados como grupos terroristas-.
[3] Una de las causas del auge de la palma
africana en Indonesia es la crisis financiera del año 1998 provocada por la
especulación financiera, consecuencia de la liberalización del mercado
financiero y monetario, impuesta por el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario
Internacional (FMI). Para solucionar esta crisis, el BM y el FMI obligaron a
Indonesia (como a otros países tropicales) a sembrar palma africana, como parte
de los Programas de Ajuste Estructural. En vez de asegurar que los países
empobrecidos tengan un mínimo de seguridad alimentaría, y así combatir el
hambre, la prioridad para estas instituciones es la generación de divisas para
pagar la deuda externa.
[4]
‘Monsanto siembra la muerte entre los campesinos hindúes’, publicado en
Rebelión el 28.03.2006.